Hablar de la preparación de un intérprete está muy ligado a la naturaleza del trabajo que necesitará de los servicios de interpretación.
Temática, tiempo, documentación, idoneidad, acento del expositor u expositores son algunos de los factores que confluyen en esta tarea de preparación.
Antes de referirnos a lo que compete únicamente al intérprete, consideremos lo que es ajeno a este profesional y abordemos lo que proviene del cliente que contrata el servicio.
Con respecto a lo anterior y tomando en cuenta el factor tiempo, existen clientes que se preocupan de la labor de interpretación con la antelación necesaria, es decir, contactan a los intérpretes suficientemente antes para que así estos puedan comprometer su disponibilidad para la fecha indicada. Debo decir que estos casos no son muy frecuentes y en general no se contacta al intérprete con un período mayor al de una semana previa. Insisto en el hecho de que esto está relacionado con el tipo de evento que requiera de interpretación.
Otro elemento importante es la temática que tratará el evento a interpretar. No es lo mismo interpretar sobre políticas medioambientales que sobre medicina interna. Aun cuando los intérpretes pueden prepararse en ambas áreas, la medicina requiere de un conocimiento más amplio y específico, así como también la minería y el derecho consuetudinario, sólo por mencionar algunas. En estos casos, generalmente son los mismos intérpretes quienes se encargan de determinar si aceptan o no un trabajo para el que se sienten preparados o gozan de la experiencia que les permitirá entregar un resultado final de calidad.
La documentación es, sin duda, una de las herramientas de mayor valor para los intérpretes. Conocer el programa del evento, los puntos específicos a los que se referirán los expositores, la duración de cada exposición o los antecedentes de quienes presentarán sus ponencias. Tal como les indicaba, ésta es información fundamental para los profesionales del idioma. Si se sabe quién será al orador, se puede averiguar sobre sus estudios, publicaciones, experiencia laboral y aportes dentro de su ámbito por ejemplo. Mientras más información esté disponible para el intérprete, habrá mayor y mejor preparación y familiaridad con el tema a interpretar.
Si el cliente indica que se el evento a interpretar trata sobre mecánica, es información que, sin duda, se aprecia, aunque se apreciaría más aún si esa información fuese más específica. No sabemos si interpretaremos a acerca de las bondades que representa una máquina nueva que entra al mercado, los beneficios de una mecánica automotriz de punta en motores diésel o los aspectos más teóricos de la misma. Por esto, tener claridad con respecto a la temática y esperar que el cliente provea a los intérpretes del material de estudio es esencial en esta labor.
Hay casos en que las situaciones que requieren del servicio de interpretación corresponden a temas confidenciales que sólo se conocen el día del evento. En esas instancias, los intérpretes deben ser experimentados y hacer valer todo su conocimiento.
Claramente podemos fusionar los factores mencionados hasta aquí: Tiempo, temática y documentación. Si todos ellos son los adecuados, no hay motivo para que la interpretación no sea la esperada.
Además, todos estos factores tienen algo en común y es que, en gran parte, dependen de quienes encargan el servicio de interpretación. El intérprete poco puede hacer aquí, salvo aceptar o rechazar el trabajo.
En resumen, el intérprete es un profesional que constantemente se está cultivando en las diversas áreas del saber y siendo éstas numerosas, siempre habrá algo que esté fuera de su dominio, no obstante, estudiar y documentarse es parte de nuestro trabajo y adoramos hacerlo.